jueves, 25 de agosto de 2011

Fundamento político-estadístico de la protestas en Chile.

De un total de 16.928.873 personas (estimados por el INE para ese año) en nuestro país, las personas inscritas en los registros electorales para las elecciones parlamentarias y presidenciales del año 2009 eran 8.285.186, según datos del Servicio Electoral de Chile. De ese total de votantes, restando los votos nulos y blancos, el actual Presidente de Chile, Sebastian Piñera, salió electo con el 51.51% de los votos, es decir, con 3.591.182.
Si comparamos el total de personas que vivían en Chile el 2009, con las personas inscritas, este grupo alcanza el 48,94% de la población. Los que protestan, en su mayoría jóvenes no se sienten representados por el actual Sistema Político ni partidista, menos con el Presidente, es decir, ellos son el 51% de la población que no vota y del 48.94% que voto, Piñera saco el 50+1, es decir, Piñera salió electo presidente con el 24% de apoyo total de la población
Entonces el problema que presenta tanto el líder del actual sistema como el sistema mismo es que más del 50% de la población en Chile (76% para ser exactos) no esta aprobando su accionar y, por lo tanto, como el sistema no se encuentra legitimado por su poblacion, es necesario buscar salidas pacificas al problema: la unica y la mejor es el dialogo a través de una asamblea constituyente que busque primero solucionar la división, generar consensos y ese consenso se refleje en un nuevo pacto social, que vendria siendo una nueva constitución.

Fuentes:

jueves, 2 de junio de 2011

Nuevos Miembros

Queremos llamar a nuevos miembros que quieran compartir sus ideas en el blog.
El unico requisito: ganas de escribir y respeto

Encuesta Adimark mayo 2011 : ¿Qué pasa con el sistema politico en nuestro país?


Más allá del aumento al rechazo a la labor del Presidente Piñera en su gestión (56% de rechazo) lo que más llama la atención son los siguientes números y que tienen directa relación con el funcionamiento de nuestro sistema político:


1.- Casi un 25% de los encuestados no tiene identificación con el Gobierno ni con la oposición, lo cual refleja lo pobre de nuestro sistema electoral para reflejar las opciones de las personas.

2.- Más del 55% reprueba la acción de las coaliciones políticas y de las instituciones políticas tradicionales como el congreso.


Ambos porcentajes se vienen en aumento desde hace más de un década y más que decir que es una tendencia internacional, en nuestro país tiene directa relación con el grado de consolidación de nuestro sistema político:


a) No hay existido reformas sustanciales a la Constitución Política para que el sistema político chileno heredado de la dictadura de Pinochet sea el mejor para el establecimiento de un país desarrollado. Eso se observa tanto en el repudio a los partidos políticos como a las instituciones políticas, 2 de cada 3 chilenos no les gusta, lo cual se debe al sistema electoral existente, que no representa a nadie, el sistema de partidos que surge de él y su funcionamiento para la toma de decisiones. Este aspecto a mi juicio es el esqueleto del sistema político y debe ser reformado rápidamente para poder equilibrar las demandas de la sociedad con las soluciones propuestas por el sistema.


b) La participación política, que no solo es a través del voto, en los últimos años y desde la denominada "Revolución de los Pingüinos" entrego tanto una señal como una forma de manifestarse: una señal porque demostraba que el sistema educacional y político no sabia ni quería cambiar su forma de accionar y una forma de manifestarse, porque le entrego a las manifestaciones pautas de comportamiento para el logro de resultados, más que mal 2 ministros fueron despedidos, junto con que se llegó a pronunciar la máxima autoridad política: la presidenta Bachelet.


c) La asunción de populistas y outsider: personas como Marco Enríquez-Ominami, Laurence Golborne, Andrea Molina, Michelle Bachelet entre otras muestra que los partidos políticos no ha sido capaces de generar liderazgos ni candidatos que generen aprobación y apoyo de la ciudadanía ni de sus correligionarios: espacio que se abre a la aparición de Mesías Políticos, populistas y outsider, que tan mal le hace al sistema político no por su carisma, sino porque demuestra la debilidad del sistema político de generar políticas adecuadas a las demandas ciudadanas.


Finalmente, creo que de la encuesta Adimark antes señalada, más que seguir con las opiniones de la baja del presidente y su gobierno, se debe leer entre líneas y analizar que el actual gobierno ha aumentado de mayor manera el desequilibrio que hay entre el sistema político existente y el sistema político que quiere (o no quiere) las personas de nuestro país.

martes, 31 de mayo de 2011

Alzas de impuestos y reforma a la ley del Tabaco: ¿problema de salud?





Vi esta mañana en las páginas de los diarios electronicos que habría una modificacion a la Ley del Tabaco, la cual apunta a la eliminación de los lugares donde se permitia fumar dentro de un recinto público: espacios apartados. Eso me recordó que la semana pasada tuve que comprar cigarros y habian subido, nuevamente, lo que me costo cerca de $2.000, vicio que hace unos años atrás llegaba a costar sólo $800.
Si bien el comienzo de esto es un poco coloquial, voy al tema de fondo, que es el consumo de tabaco en nuestro país. Segun el MinSal (Minsiterio de Salud), en nuestro pais se consumen 14.000 millones de cigarros al año, es decir, casi cada persona de este pais se fuma mil cigarros al año, unas 50 cajetillas. Es harto, pensando aun más que segun los estudios del mismo ministerio, los adolescentes siguen aumentando la tasa año a año y lo peor a cada vez menos edad.
Sin embargo, medidas como ésta, a mi parecer, más que arreglar el problema, lo empeoran. Veamos porque:
La demanda por tabaco, al ser un vicio, es inelastica, es decir, no responde a los vaivenes normales de la conducta de la demanda, por lo cual, al subir el impuesto al tabaco sólo provoca o que se gaste más en cigarrillos o simplemente te cambias de marca.
La discriminación de los lugares públicos al consumo de tabaco, como idea es buenisma, sin embargo eso ataca directamente al consumo de otros productos ligados a estos locales en particular (pub's, discos, etc) lo cual finalmente provoca una disminución de consumidores o como prevé la Anetur (Asociación Gremial de Empresarios Nocturnos) :
"Ya son tantas las restricciones que tienen los centros nocturnos, que aseguran que están a un paso de que sea mejor instalar un clandestino que un negocio legal que paga patentes, permisos e impuestos de toda índole".
Este punto es sustancial, debido a que medidas como las tomadas por las autoridades ya tuvieron un efecto espantoso en la sociedad: en los años 20, al establecerse en Estados Unidos las Leyes en contra del consumo de tabaco y bebidas alcohólicas se generaron mercados negros y organizaciones criminales, como la Mafia y personajes como Al Capone.

Finalmente, creo que estas medidas finalmente atacan directamente la libertad de las personas. Si el Estado quisiese que hubiesen menos consumo, podría por empezar a mejorar la fabricación de los cigarrillos, eliminando elementos como Alquitrán, Monòxido de Carbono o Arsénico, pero traería más problemas debido a que se entrometerían con las grandes tabacaleras, que poseen grandes capitales en nuestro país.
El tabaco es dañino, pero como decia una persona en tv el otro dia "no dejaré de fumar, sólo compraré unos cigarros de menor precio y punto"

fuentes: Mininterio de Salud, terratv.com

viernes, 7 de marzo de 2008

“Conceptualización del Riesgo y los elementos teóricos que componen el Riesgo Político”.

El estudio sistemático sobre la temática del riesgo es totalmente reciente, específicamente, se remonta hacia fines del siglo XX. Es aquí donde, ingenieros comerciales y economistas, se comienzan a preocupar de los inconvenientes que las empresa podrían tener (y que tenían) al momento de depositar su capital en otro país como resultado de las deficientes políticas adoptadas (principalmente económicas) por aquellos gobiernos y por las inestabilidades de todo tipo que tenían lugar en estos países, perjudicando el nivel de retorno, y por ende, de sus ganancias. Sin embargo, el riesgo no se remite sólo a un ámbito económico, sino que también a uno social y a otro ambiental-global, sobre todo en el presente caótico y sin duda que en el futuro incierto.
En la actualidad, el estudio del riesgo se ha sofisticado de manera importante, apareciendo distintas y abundantes definiciones del concepto, como también distintas tipologías del riesgo, las que son abordadas de manera diferente dependiendo del método utilizado por los investigadores.
Con lo anterior en cuenta, el presente trabajo tiene por objetivo principal tratar de dar una respuesta acuciosa y coherente a la temática “la conceptualización del riesgo y los elementos teóricos que componen el riesgo político”.
El tema, del que perfectamente se pueden obtener dos centros de atención, uno de ellos, relacionado con la conceptualización del riesgo, y el otro, relacionado con los componentes teóricos del riesgo político, será abordado de la siguiente manera para darle una respuesta coherente y estructurada: Una primera parte abordará lo que es la conceptualización y definición del concepto riesgo, pudiendo encontrar en ella la definición de él, la evolución en el tiempo del concepto, la idea moderna de riesgo, dándole especial atención a la propuesta de Ulrich Beck; La segunda parte abarca la tipología del riesgo, dando énfasis a lo que es concepto de riesgo político, es decir, qué es, cómo se define, qué mide, cómo lo mide, etc., y por último; La tercera parte corresponde a la selección de una metodología sobre el riesgo político para poder analizarla de manera crítica y profunda con tal de resolver si cumple con los elementos adecuados y suficientes para una buena evaluación del riesgo político en un país determinado.

Primera parte:
Conceptualización y definición del “riesgo”.

Lo primero que debemos señalar es que, si bien es cierto, el análisis del riesgo desde una perspectiva académica y sistemática se remonta a finales del siglo XX, el riesgo, propiamente tal, ha estado presente en nuestras vidas desde que el hombre es hombre.
Desde los comienzos de la vida humana el hombre ha tenido que saber hacer frente a aquellos sucesos, total o parcialmente desconocidos por él, que siembran la incertidumbre a cerca de aquellos fenómenos que están por suceder. En un principio, la naturaleza teleológica y curiosa del hombre que lo impulsaba a buscar una finalidad y un objetivo a sus vidas, lo llevó a tratar de entender y dar significado y sentido a aquellos fenómenos desconocidos tanto en la vida como después de ella. De esta manera, en una etapa primaria, el hombre daba sentido a las cosas acudiendo a la mitología, es decir, producto de su escaso conocimiento, la mayoría de los fenómenos desde los más sencillos como la lluvia a otros más complejos como una erupción volcánica o una peste, eran explicados bajo la consecuencia y responsabilidad de seres divinos y superiores.
Pero a lo largo del desarrollo humano la fuente de sentido y certidumbre fue cambiando producto de la sofisticación de su pensamiento y sin duda por las influencias del contexto histórico. Es así como más adelante, principalmente en la Edad Media, la religión (católica en Occidente) comienza a ser el elemento que por antonomasia le daba explicación y sentido a la vida de las personas, tanto a nivel físico-terrenal como a nivel espiritual-trascendental.
Todo lo anterior cambia de manera abrupta con la llegada de la ilustración y su afán de dar una respuesta racionalista e instrumental (hoy también presente) a todos los hechos de la vida cotidiana, esto, profundizado aún más con el posterior advenimiento de la revolución industrial que marca un hito sin precedentes en la historia de la humanidad, y que a su vez, prepara los cimientos para el posterior desarrollo tecno-científico de la modernidad palpable hasta el día de hoy.
No obstante del nivel de desarrollo científico-tecnológico alcanzado por la humanidad a lo largo del siglo XX especialmente, del que se desprendía la idea de que todo tenía respuesta y solución, no provocaron en él un sentimiento de mayor seguridad y control por sobre los sucesos desconocidos, sino que todo lo contrario, al parecer, el mayor conocimiento científico-tecnológico trajo consigo mayores riesgos e incertidumbres y porque no, mayores peligros.
Pero ¿qué es precisamente el riesgo? ¿Qué es eso que tantos desean evitar?, y desde un punto de vista económico ¿Qué es el riesgo, al que innumerables compañías tratan de hacer frente gastando importantes cantidades de dinero para poder neutralizarlo, o en último caso, minimizarlo? Ahora bien, siguiendo ésta lógica ¿es el riesgo lo mismo que incertidumbre o lo mismo que peligro?
En un primer acercamiento al concepto de riesgo podemos señalar que: “el riesgo define una situación donde la información es de naturaleza aleatoria, en que se asocia una estrategia a un conjunto de resultados posibles, cada uno de los cuales tiene asignada una probabilidad[1]”. Pero también el riesgo puede ser considerado de la siguiente manera: “como una decisión que tal como se puede prever, se lamentará más tarde en el caso de que ocurra un daño que se esperaba evitar[2]” Por tanto, de las dos definiciones anteriores podemos rescatar que el riesgo está relacionado con eventos futuros de los que no se tienen certeza de que ocurran.
Sin embargo, en la literatura especializada podemos encontrar definiciones más elaboradas como la que establece que, en términos generales, podemos argumentar que estamos en riesgo “en cuanto a un determinado evento en el que no sabemos o no podemos determinar alguna, o varias, de las siguientes cuestiones: Si puede ocurrir en lo absoluto (incertidumbre de factibilidad); Cuando ocurrirá (incertidumbre de tiempo); Dónde ocurrirá (incertidumbre de lugar); Cómo ocurrirá (incertidumbre de modo); Cuántas veces en una determinada unidad de tiempo ocurrirá (incertidumbre de frecuencia); Cuanto daño producirá (incertidumbre de severidad)[3]”.
Por otro lado, y teniendo en cuenta la multiplicidad de definiciones de riesgo, podemos decir desde una perspectiva más económica que “el riesgo es la probabilidad de una perdida o de una menor ganancia a la esperada en una inversión[4]”.
Pero no cabe duda de que en la actualidad uno de los riesgos que mayor atención acapara son los provocados por los desastres ecológicos y naturales como consecuencia de los actos del hombre. Bajo esta óptica uno de los principales teóricos es el sociólogo Ulrich Beck quien señala que “los riesgos de la modernización son el arreglo conceptual, la versión categorial en que se captan socialmente las lesiones y destrucciones de la naturaleza inminente a la civilización, se decide sobre su vigencia o su urgencia y se dispone de modo de su ocultamiento y/o elaboración[5]”, agregando que “el riesgo esencialmente significa una forma de calcular las consecuencias impredecibles[6]”.
Por lo tanto, es posible argüir que cuando hablamos de riesgo nos estamos refiriendo a una situación en la que, producto de una decisión en tiempo presente, existirá una multiplicidad de posibles resultados futuros, los que eventualmente, podrían ser analizados de manera tal que se les pudiera dar a cada uno de ellos ciertos márgenes de ocurrencia pero que en definitiva no pueden ser predecidos con exactitud.
Con las definiciones ya hechas, es importante hacer la precisión a cerca de los conceptos de incertidumbre y peligro. En algunos casos estos son usados como sinónimos de riesgo pero en la definición de ellos hay elementos que son categóricos a la hora de diferenciarlos. Por ejemplo, el primero de ellos se podría definir como “aquella situación donde los posibles resultados de una estrategia no son conocidos, y por lo tanto, sus probabilidades de ocurrencia no son cuantificables. La incertidumbre por lo tanto, puede ser una característica de información incompleta, de exceso de datos, o de información inexacta, sesgada o falsa[7]”.
Por otra parte, la diferencia entre riesgo y peligro radica en que “el primero se refiere al caso en que el daño es consecuencia de una decisión, en cambio en el segundo el daño es provocado externamente, se le atribuye al medio ambiente[8]”.
En conclusión, se puede establecer que, si bien, conceptualmente hablando estos tres términos se refieren a hechos distintos, es correcto y preciso señalar que pueden relacionarse de manera estrecha. Como ejemplo de ello, el riesgo puede ayudar en la generación y concreción de un peligro, como acontece con el agujero en la capa de ozono producto de la contaminación, el smog, la tala de bosques enteros, el uso de químicos ( entre otros factores producidos como consecuencia de las decisiones y actos de los humanos), o bien, y por otro lado, un riesgo puede devenir en incertidumbre cuando un proyecto ha sido definido y determinado en base a información inexacta o sesgada, teniendo como consecuencia el desconocimiento de los posibles resultados.

La concepción del riesgo en la actualidad.

No cabe duda que la concepción del “riesgo” en la actualidad esta liderada por la teoría de “La Sociedad del Riesgo” establecida por el sociólogo alemán Ulrich Beck.
Ésta (la Sociedad del Riesgo), tiene como tesis central la idea de que el modo de producción industrial-capitalista moderno, en constante crecimiento, desarrollo y expansión –provocado e impulsado por un consumismo exacerbado y la generación de riquezas-, necesita a su vez, de manera proporcional e igualitaria, un constante y progresivo control sobre la naturaleza, vale decir, a mayor crecimiento industrial mayor es la explotación y destrucción de ella.
Es así como el horroroso y permanente deterioro al medio ambiente producido por las distintas industrias ha traído consigo daños irreversibles que están afectando a miles de personas, ya no tan sólo en zonas específicas del globo, sino que a lo largo y ancho de él. Este fenómeno puede ser perfectamente atribuido a dos hechos: en parte al proceso de globalización y por el desarrollo científico-tecnológico alcanzado por el hombre, a través del cual se desarrollan inventos tan importantes como nocivos (Industria nuclear, química, genética, entre otras).
Es por esto que Beck señala que a consecuencia de lo anterior: “estamos entregados casi sin protección a las amenazas industriales de la {…} naturaleza incluida en el sistema industrial. Los peligros se convierten en polizones del consumo normal. Viajan con el viento y con el agua, están presentes en todo y atraviesan con lo más necesario para la vida (aire, alimento, la ropa, los muebles) todas las zonas protegidas de la modernidad, que están controladas tan estrictamente[9]
De la idea anterior se rescata otra de similar importancia y que tiene que ver con el fin de la contraposición entre naturaleza y la sociedad, ya que, “a finales del siglo XX, la no está ni dada ni asignada, sino que se ha convertido en un producto histórico, en el equipamiento interior del mundo civilizatorio destruido o amenazado en las condiciones naturales de su reproducción {…} teniendo como consecuencia -agrega- la socialización de las destrucciones y amenazas de la naturaleza[10]”.
En resumen, debemos señalar que el riesgo en este mundo globalizado se basa en dos ejes centrales: uno, el desarrollo científico-tecnológico y dos, los daños ecológicos producidos por éste.

Elementos constitutivos del riesgo.

Analizando los planteamientos de Ulrich Beck referente a los riesgos, se puede observar y deducir que existe una serie de elementos que están implicititos en el concepto, algunos de ellos con grandes e importantes implicancias. Entre estos podemos mencionar: la supranacionalidad, la democratización, la invisibilidad, como también la inespecificidad, inasignabilidad y transgeneracionalidad de los riesgos.

Supranacionalidad de los riesgos: se debe a que los riesgos provocados por la industria y la ciencia son de tal magnitud y cobertura que traspasan las fronteras nacionales de donde son originados para afectar a gente, países y regiones lejanas.

Democratización de los riesgos: Beck señala que la lógica de repartición de los riesgos es diametralmente opuesta a la repartición de las riquezas, ya que, las primeras tienden a concentrarse en un sector determinado (físico-geográfico o socio-económico), mientras que los riesgos se expanden geográfica y socialmente. Lo anterior queda claro con la frase: “la miseria es jerárquica y el smog democrático[11]”.

Invisibilidad de los riesgos: esto se declara por dos razones. Una de ellas tiene que ver con que una situación riesgosa tendrá cabida en un tiempo futuro desconocido y por otro lado y relacionado con lo anterior, es que los riesgos al tener lugar en un tiempo futuro son solamente anticipados (en cierta medida) a través del conocimiento científico especializado, variable que se encuentra en posesión de un circulo muy reducido y excluyente de personas, limitando así, la comprensión y entendimiento de los riesgos por la gente común no especializada. Lo anterior genera un nuevo foco de desigualdad en la “sociedad del riesgo”, es decir, desigualdad al acceso de la información y al conocimiento especializado.

Inespecificidad de los riesgos: para entender esta característica tenemos que tener en cuenta que los riesgos no son percibidos de la misma forma por los afectados producto de su desigual condición cognoscitiva (cantidad de información) y, sin dudarlo, por el distinto contexto social en el que están inmersos. Por lo tanto, un mismo fenómeno riesgoso puede ser (y es) percibido de manera múltiple y diversa por distintas personas o grupos sociales.

Inasignabilidad de los riesgos: dicho fundamento radica en que en la “sociedad del riesgo”, éstos (los riesgos) no responden en general y de manera categórica a la lógica de causalidad. Esto es así porque los riesgos en la actualidad son provocados por tantos factores (multi-causalidad) que resulta casi imposible –por no decir imposible- responsabilizar al “un” culpable.

Transgeneracionalidad de los riesgos: producto de la profundidad y permanencia de los daños en el medio ambiente, los riesgos afectan no sólo a la generación que los origina, si no que afecta a generaciones futuras. Ejemplo práctico de esto es el accidente radiactivo de Chernobil.

Tipología del riesgo.

En la actualidad es abundante la bibliografía a la que se puede acudir para la obtención de las tipologías de riesgo existentes. Al ser tan abundante la bibliografía se hace difícil encontrar una clasificación univoca de ésta, pero sí es claro que por regla general el riesgo país el que contiene a todos los demás. Es por lo anterior que autores como Herring consideran que el riesgo país se descompone en riesgo político, económico, social y cultural, mientras que los investigadores estadounidenses Erb, Harvey y Viskanta, siguiendo la metodología del ‘Internacional Country Risk Guide’, consideran que el riesgo país se constituye por riesgo político, financiero y económico. De otro lado, Kobrin y Overholt consideran que existe una estrecha interrelación entre el riesgo político y el económico por lo que su trato diferencial no debería realizarse[12].
Sin duda que las distintas clasificaciones de riesgo tienen una gran importancia, y por lo mismo, deben ser tomados en cuenta a la hora de hacer un análisis en el que se pretenda evaluar la capacidad de pago de organismos tanto públicos como privados, pero como la intención de este apartado es la de entregar algunas definiciones básicas para el entendimiento de las distintas tipologías de riesgo y no la de generan un diccionario, se definirán sólo algunos, los que tradicionalmente se señalan como componentes de riesgo país.

Riesgo país: puede ser definido como la capacidad de pago que posee un país respecto de su deuda externa, por lo que el objetivo de éste es generar “un indicador que mide la sobretasa de interés que debe pagar el Estado-nación respecto al gobierno estadounidense[13]”.

Riesgo soberano: es un tipo de riesgo que analiza el índice o la capacidad, por parte de un organismo o agente público, del no pago de su deuda. Por lo tanto se diferencia del riesgo no soberano en que éste ultimo analiza la capacidad de no pago de su deuda por parte de organismos privados. Si bien es cierto, existe una gran cantidad de otros riesgos, como el riesgo financiero, riesgo de transferencia, riesgo crediticio, riesgo comercial, ellos ven y estudian variables mucho más específicas y con repercusiones más bien, limitadas.

Riesgo financiero: evalúa el riesgo al que están expuestos por potenciales pérdidas ante controles de cambios, expropiaciones, repudios y atrasos de deudas, o por problemas operativos en el procedimiento de pagos por el sistema financiero local.

Riesgo económico: se refiere a la posibilidad de incumplimiento debido al debilitamiento de la economía del país tanto en el campo externo como en el campo interno[14].

RIESGO POLÍTICO: Como ya lo sabemos, el riesgo político es un indicador contenido en el análisis del riesgo país. En algunos casos al análisis del riesgo político se le otorga casi el 40% de la ponderación final del riesgo país, por lo que nos podemos dar cuenta de que es una variable de primera línea a la hora de hacer una investigación. Sin embargo, ¿qué entendemos por riesgo político? Entenderemos el riesgo político como “la probabilidad de que un evento político dado resulte en perdida para una firma determinada. Existen muchas clases de riesgo político, las cuales pueden dividirse desde una perspectiva de la legalidad –en general- en riesgos extra-legales y riesgos legales-gubernamentales. El riesgo político extralegal incluye cualquier evento que emane desde fuera de la autoridad preexistente o de la estructura de legitimidad del Estado, tales como terrorismo, sabotaje, intervenciones militares o revoluciones. Por el contrario, el riesgo legal-gubernamental es un producto directo del proceso político en marcha e incluye eventos tales como elecciones democráticas que conducen a un gobierno o cambios en las leyes referentes al comercio, al régimen laboral, a las inversiones extranjeras, subsidios, tecnologías, y a las políticas monetarias y de desarrollo[15]
Por su parte, Simon, define riesgo político “como el desarrollo de aspectos políticos y sociales que puedan afectar la posibilidad de repatriación de inversión extranjera o al repago de deuda externa[16]”.
Por lo tanto, podemos argumentar que el riesgo político guarda relación con aquellos hechos provocados como consecuencia de las disputa socio-políticas (inestabilidad política) dentro de una nación, las que, eventualmente, podrían terminar afectando la rentabilidad o el retorno del capital de algún proyecto de inversión tanto nacional como extranjero.
Cabe destacar que el riesgo político a diferencia de otros tipos de riesgo, como el de transferencia por ejemplo, es mucho más amplio y difícil de evaluar. Esto es así, porque, es de naturaleza eminentemente subjetiva y cualitativa, abarca muchas más variables y sus repercusiones afectan a más gente. En cambio, el riesgo de transferencia se remite a un ámbito determinado que se refiere a la posibilidad de que un deudor no pueda hacer frente a sus deudas, aunque tenga fondos para hacerlo, por la existencia de restricciones oficiales que se lo impidan[17].
Una vez en cuenta la definición de riesgo político es necesario que debamos preguntarnos cuáles son las variables o fenómenos que estudia, que mide y que analiza, como también, a través de qué metodología efectúa las investigaciones.
Al respecto, podemos decir que el riesgo político centra su análisis en variables tales como: el régimen político, la conducción del gobierno, las fuerzas políticas, la burocracia, la gravitación de los movimientos sociales, posibles conflictos internos e internacionales, existencia de políticas que atenten con la propiedad privada, etc.
Hay autores como L. Goodman[18] que proponen que los principales métodos utilizados para efectuar el análisis de riesgo país (y dentro de éste el riesgo político) son los de naturaleza cualitativa, los checklist y los métodos estadísticos.
Los primeros, es decir los métodos cualitativos de análisis de riesgo país, pueden tomar la forma de reportes “ad-hoc” que tocan aspectos económicos, políticos, sociales y culturales de un país en particular.
Los segundos, por su parte, son similares al de reportes estandarizados pero que ofrecen apreciaciones estadísticas y cualitativas como indicadores comparativos en términos ordinales (ranking) y cardinales (puntajes). Por último, los métodos cuantitativos para el análisis del riesgo país se basan en establecer un índice numérico a cada variable estudiada (basándose generalmente en una matriz) con el objetivo de ejecutar comparaciones de los datos con otros países y a través del tiempo.

Análisis critico de una metodología.

Con la finalidad de hacer este trabajo más analítico y no tan descriptivo, nos hemos propuesto someter a un análisis una metodología de riesgo político y ver si ésta contiene los elementos necesarios y suficientes para una buena evaluación del riesgo político.
En esta ocasión el modelo escogido es el propuesto por L. Goodman en 1980 (de carácter cualitativo) en el que establece que para un análisis acabado del riesgo país es necesario ampliar el estudio de los indicadores políticos dada la gran implicancia e influencia que tienen estas variables sobre las condiciones favorables de un país para la inversión de capital y la rentabilidad de éste. Goodman propone estudiar seis indicadores de tipo político:Tipo de gobierno y sucesión; Homogeneidad de la población; Relaciones diplomáticas; Vínculos de comercio exterior; Tendencias políticas de largo plazo; Tendencias sociales de largo plazo[19].
Para hacer un análisis más ordenado y estructurado agruparemos los indicadores señalados en dos: por una parte, los indicadores políticos internos y por otra, los indicadores políticos externos.

Indicadores políticos internos.

Este grupo comprende a indicadores tales como el tipo de gobierno y sucesión; homogeneidad de la población; tendencias políticas a largo plazo y tendencias sociales a largo plazo.

Tipo de gobierno y sucesión: este indicador propone estudiar en una primera etapa cómo está compuesto el gobierno, ya sea, en su ideología, los personeros políticos que están en él, por ejemplo, los ministros, el la composición del parlamento, etc., como también, estudiar a grupos no formales que en él influyen, tales como, asesores, comités, grupos de presión, empresarios, entre otros. Por otra parte, se debe tener en cuenta a las fuerzas políticas o lideres políticos en acenso, sobre todo si se está en las vísperas de procesos eleccionarios, con el objetivo de analizar los grados de incertidumbre existentes en el cambio o permanencia de la coalición (o partido) de gobierno.

Homogeneidad de la población: Partiendo de la hipótesis de que a mayor heterogeneidad de la población es mayor el conflicto social, aquí se deben estudiar variables como la composición racial o étnica de la población, y si es que existe tal división, ver que grado de influencia tiene cada una de ellas en los centros políticos. También este análisis se puede y debe hacer extensivo a factores como la composición religiosa y lingüística de la población.

Tendencias políticas a largo plazo: este indicador se estudia en base al nivel de apoyo desde la sociedad al gobierno (o a la oposición). El principal dato se obtiene de la evolución de la fuerza electoral obtenida por el oficialismo y por la oposición.

Tendencias sociales a largo plazo: es necesario ver en este indicador cuáles son las carencias sociales más urgentes que puedan, eventualmente, provocar inestabilidad social e incluso crisis de gobernabilidad, como también, estudiar la capacidad de resolución de dichas carencias por parte del gobierno a través de las distintas políticas públicas adoptadas.
Indicadores políticos externos.

Relaciones diplomáticas: se propone en este punto indagar en el tipo de relación que tiene el país con los países limítrofes y de la región y, por supuesto, con las principales potencias. Se necesita ver con cuántos piases se tienen relaciones activas y positivas y con qué países se tienen relaciones mal avenidas.
Vínculos de comercio exterior: este punto está muy relacionado con el anterior, ya que, unas buenas relaciones diplomáticas, por lo general, devienen en buenas relaciones comerciales. Es necesario ver aquí, con cuantos países se poseen acuerdos de libre comercio y la magnitud de su intercambio comercial, con el objetivo fundamental de establecer el grado de apertura económica del país, como también, en nivel de riesgo existente, ya que, a mayor inversión extranjera, menor es el riesgo país.

Fortaleza de la propuesta.

Primero: cabe destacar al respecto que la propuesta de Goodman efectuada en los comienzos de la década de los ’80 fue (y es) un gran aporte que marcó un precedente en el estudio y análisis del riesgo político, debido a que los estudios anteriores eran eminentemente economicistas y daban por alto la variable política, o bien, la tocaban de manera tangencial.

Segundo: se debe reconocer que los indicadores políticos que propone Goodman no tan sólo se remiten y circunscriben a un ámbito nacional, sino que analiza elementos externos que sin duda alguna, en un mundo tan interdependiente y globalizado como el nuestro, tienen importantes y serias consecuencias para los Estado-naciones.

Tercero: si bien es cierto que los indicadores propuestos por el autor son pocos (6), permiten al investigador obtener abundante y profunda información acerca de los tópicos analizados sobre la situación política del país.

Cuarto: es de fácil aplicación a la situación política de cualquier país, dado que los indicadores abarcan un espectro muy claro y concreto de lo que se quiere tener como objeto de investigación.

Debilidades de la propuesta.

Primero: los indicadores propuestos se circunscriben a un ámbito demasiado específico del análisis político, dejando de lado otros de igual importancia e influencia en el escenario económico como la corrupción, el terrorismo, el narcotráfico, por nombrar algunas.

Segundo: la finalidad de los análisis de riesgo país (y político) es proveer a las distintas empresas de una serie de indicadores que representan el nivel de riesgo de un país determinado. No obstante, si los resultados de los análisis efectuados no son comparables con los de otros países, pierden utilidad, ya que, las empresas se basan en ellos, y en su posterior comparación, para poder decidir en cuál o tal parte o país invertir. Por lo tanto y bajo esta lógica, los indicadores políticos de Goodman son demasiado específicos, lo que le hace perder valor analítico-comparativo.

Tercero: dada su especificidad, el análisis de los indicadores refleja –en profundidad por cierto- más bien la situación presente y a corto plazo de las condiciones y realidades socio-políticas del país, perdiendo en cambio su capacidad de analítica y de proyección en el mediano y largo plazo.

Cuarto: es cierto que el autor propone estudiar, a un nivel económico, los vínculos del comercio exterior, pero es criticable que dentro de aquellos indicadores no se proponga de manera explicita estudiar variables que relacionan de manera importante a la economía y la política interna del país. Variables como el nivel de aprobación del modelo económico, niveles de desempleo, fuerza de los grupos opositores al modelo, entre otros.

Posibilidades de perfeccionamiento.

Debemos señalar que el modelo propuesto por Goodman para analizar el riesgo político es importante y asertivo, pero no suficiente para una revisión y análisis integral del riesgo político.
Este método, si bien toca aparentemente de manera general la mayoría de los ámbitos políticos que se analizan en un estudio de riesgo político, le hace falta explicitar y ampliar aún más el número de variables a estudiar con la finalidad de obtener una impresión más acabada de los riesgos políticos en el país estudiado, y también, señalar con certeza cómo se medirá cada indicador y cuál es el criterio que se establece para separar lo riesgoso, lo semi-riesgoso y lo no-riesgoso. Ejemplo de lo anterior, y como se mencionó más arriba, sería que la propuesta ahondara en un ámbito donde lo económico se relaciona de manera directa con lo político, relación que por cierto tiene muchas consecuencias sociales como la distribución del ingreso, desempleo y la corrupción. También se hace necesario profundizar el análisis del contexto social a través de, por ejemplo, investigar el nivel de conflictividad social a través de fenómenos como protestas, tomas de terreno, huelgas, paros y ver en que magnitud estos afectan la capacidad de actuar del gobierno.
En contraposición a este método y como un buen ejemplo concreto es el estudio realizado por Andrés Benavente, Aldo Cassinelli, y Jorge Jaraquemada[20], en el que se propone enmarcar el análisis de riesgo político bajo tres dimensiones: Dimensión político institucional; Dimensión de interacción entre la economía y política y; Dimensión factores de amenaza y horizontes de conflicto.
En ellos se señala de manera tacita cuáles son los componentes de cada dimensión y cómo se mide cada uno de ellos, a lo que habría que agregar una extendida pauta para analizar diversos parámetros de la política nacional y de los elementos foráneos que podrían perjudicar de manera preponderante la inversión en la nación.

CONCLUSIÓN.

En una sociedad globalizada e interdependiente como en la que estamos inmersos, se hace cada día más imperativo en términos socio-ambientales y económico-financieros dedicar tiempo y recursos al estudio de los riesgos.
Desde este punto de vista, nos encontramos en una situación más bien pesimista, ya que con el pasar de los días, el mundo se ve sometido a mayores riesgos (se hacen más grandes y dañan a más personas) a los que tiene que hacer frente con el objetivo de anticiparlos y/o disminuirlos. Pero no me refiero a enfrentarlos de manera aislada y separada, sino que de manera integrada e interrelacionada a nivel mundial.
Con esto en cuenta, sin duda, se hace importantísimo analizar la situación del país determinado, pero también y cada día es más importante tener en cuenta el contexto internacional, ya que, éste puede provocar serias consecuencias para los Estados, lo queramos o no, pero en aquello hay un serio inconveniente.
Siguiendo a Beck, la “visibilidad” de los riesgos (locales, globales) se logra a través de la tenencia de un conocimiento especializado, conocimiento que está en posesión de unos pocos, siendo que los riesgos nos afectan a todos por igual, de modo que, señala, éste conocimiento especializado debería democratizarse.
Por lo tanto, se espera y se desea que la democratización del conocimiento se lleve a cabo con el objetivo de hacer partícipes a todos los afectados en la solución de los daños, o mejor, en la anticipación de los riesgos.
Es preciso señalar ahora, que de todos los tipos de riesgos que se analizan, los más importantes, creo, son los ambientales-globales, ya que estos afectan sin distinción ni excepción a la humanidad completa, y aún más importante, afectan los cimientos de la propia vida terrenal. Bajo esa lógica, la tipología de los riesgos quedaría estructurada de la siguiente manera, en orden de mayores a menores consecuencias provocados por ellos:
Riesgos ambientales-globales
Riesgo país
Riesgo político
Riesgo soberano, económico, transferencia, etc.
Lo anterior se explica de manera sencilla, debido a que el medio ambiente sigue siendo la fuente principal de insumo para las industrias y empresas, no obstante el grado de desarrollo y tecnología alcanzada y destinada a la producción. Por ejemplo, si el principal insumo (natural) de una empresa pierde sus propiedades producto de la contaminación o la sobre-explotación, la empresa, por consiguiente, se queda sin ese insumo, imposibilitándola a producir el bien o servicio, dejándola sin rentabilidad. Por lo tanto, con la agudización de los riesgos medioambientales-globales se rompería la cadena lógica implícita en la producción industrial, la que se podría resumir en: materia prima, extracción, procesamiento, producto final (bien).

MARCELO S. DROGUETT.
Cientista político (U. Central de Chile)
Diplomado en Política Mundial (IDEA-USACH)

BIBLIOGRAFÍA.

v (No señala Autor). “El Riesgo Político: Cómo Analizar y Evaluar los Riesgos Políticos”. Buenos Aires, 2001. En World Wide Web: http://ar.geocities.com/sitiomartos/02_Ensayos/E04_ElRiesgoPolitico.htm

v ACEVEDO, Alberto y VARGAS, Francisco. “Reseña de ‘Sociología del Riesgo’ de Niklas Luhmann”. Estudios sobre las Culturas contemporáneas, junio, año/vol. VI, número 011, Universidad de Colima, México. En World Wide Web: http://www.redalyc.org/

v BECK, Ulrich. “La Sociedad del Riesgo, Hacia una nueva modernidad”. Editorial Paidós. Barcelona, 1998.

v BECK, Ulrich. “Retorno a la Teoría de la Sociedad del Riesgo”. Epígrafe obtenido de “World Risk Society”. Polity Press, Cambridge, 1999. Publicado en Boletín A. G. E. Nº 30, 2002, paginas 9-20. En World Wide Web: http://www.ieg.csic.es/Age/boletin/30/01.pdf

v BÜDSON, Federico. “¿Qué es y qué mide el Riesgo País?”. En: http://www.inversorlatino.com/

v BENAVENTE, Andrés, CASSINELLI, Aldo y JARAQUEMADA Jorge. “Criterios de Evaluación del Riesgo Político de Inversión”. Universidad Diego Portales, Facultad de Economía y Empresa, Escuela de Postgrado, Chile, Marzo 2004.

v MIDEPLAN. “Preparación y Presentación de Proyectos de Inversión”. División de Planificación, Estudios e Inversión. En: http://sni.mideplan.cl/links/files/publicaciones/publicaciones/391.pdf

v MINDE, Luís. “La Evaluación del Riesgo País: Métodos y Normativa”. Colegio de Actuarios de Cataluña, Barcelona, 2002. En World Wide Web: http://www.actuaris.org/Descarregues/ponencias/riesgo_pais.pdf

v MORALES, Jorge y TUESTA, Pedro. “Calificaciones de Crédito y Riesgo País”. Banco Central de Reservas del Perú, (no indica año). En World Wide Web: http://www.bcrp.gob.pe/bcr/dmdocuments/Publicaciones/Revista/RevAgo98/JorMor.pdf

v ZORRILLA, Juan Pablo. “Globalización, Incertidumbre y Riesgo”. Intangible Capital, Nº 9, Vol. 1, Julio-Septiembre, 2005. En World Wide Web: http://www.intangiblecapital.org/Articulos/N9/0044.htm


[1] MIDEPLAN. “Preparación y Presentación de Proyectos de Inversión”. División de Planificación, Estudios e Inversión. En World Wide Web: http://sni.mideplan.cl/links/files/publicaciones/publicaciones/391.pdf
[2] ACEVEDO, Alberto y VARGAS, Francisco. “Reseña de ‘Sociología del Riesgo’ de Niklas Luhmann”. Estudios sobre las Culturas contemporáneas, junio, año/vol. VI, número 011, Universidad de Colima, México, pagina 150. En World Wide Web: www.redalyc.org
[3] (No señala Autor). “El Riesgo Político: Cómo Analizar y Evaluar los Riesgos Políticos”. Buenos Aires, 2001. En World Wide Web: http://ar.geocities.com/sitiomartos/02_Ensayos/E04_ElRiesgoPolitico.htm
[4] ZORRILLA, Juan Pablo. “Globalización, Incertidumbre y Riesgo”. Intangible Capital, Nº 9, Vol. 1, Julio-Septiembre, 2005. En World Wide Web: http://www.intangiblecapital.org/Articulos/N9/0044.htm
[5] BECK, Ulrich. “La Sociedad del Riesgo, Hacia una nueva modernidad”. Editorial Paidós. Barcelona, 1998, Pagina 89.
[6] BECK, Ulrich. “Retorno a la Teoría de la Sociedad del Riesgo”. Epígrafe obtenido de “World Risk Society”. Polity Press, Cambridge, 1999. Publicado en Boletín A. G. E. Nº 30, 2002, paginas 9-20. En World Wide Web: http://www.ieg.csic.es/Age/boletin/30/01.pdf
[7] MIDEPLAN. Op. Cit.
[8] ACEVEDO, Alberto y VARGAS, Francisco. Op. Cit.
[9] BECK, Ulrich.”La Sociedad del Riesgo, Hacia una Nueva Modernidad”. Op. Cit. Pagina 13.
[10] Ibíd. Pagina 89.
[11] Ibíd. Pagina 42.
[12] MORALES, Jorge y TUESTA, Pedro. “Calificaciones de Crédito y Riesgo País”. Banco Central de Reservas del Perú, (no indica año). En World Wide Web: http://www.bcrp.gob.pe/bcr/dmdocuments/Publicaciones/Revista/RevAgo98/JorMor.pdf
[13] BÜDSON, Federico. “¿Qué es y qué mide el Riesgo País?”. En: www.inversorlatino.com
[14] MORALES, Jorge y TUESTA, Pedro. Op. Cit.
[15] KENNEDY Jr., Charles. “Multinational Corporations and Political Risk in the Persian Gulf”. International Journal of Middle East, vol. 16, 1984, paginas 392-392. Citado en: GUTIERREZ, Omar. Op. cit.
[16] SIMON, J. D. “Political-risk. Analysis for the International Banks and Multinational Enterprises”. Citado en: MORALES, Jorge y TUESTA, Pedro. Op. cit.
[17] MINDE, Luís. “La Evaluación del Riesgo País: Métodos y Normativa”. Colegio de Actuarios de Cataluña, Barcelona, 2002. En World Wide Web: http://www.actuaris.org/Descarregues/ponencias/riesgo_pais.pdf
[18] GOODMAN, L. “The Pricing of Syndicated Eurocurrency Credits”. Federal Reserve Bank of New York Quarterly, 1980, paginas 39-48. Citado en: MORALES, Jorge y TUESTA, Pedro. Op. cit.
[19] Ibíd.
[20] BENAVENTE, Andrés, CASSINELLI, Aldo y JARAQUEMADA Jorge. “Criterios de Evaluación del Riesgo Político de Inversión”. Universidad Diego Portales, Facultad de Economía y Empresa, Escuela de Postgrado, Chile, Marzo 2004.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Escenario político: Deslegitimación del sistema político chileno vía Partidos Políticos

El comportamiento que han tenido algunos políticos, especialmente de la Concertación en los últimos años, ha respondido a un problema que se centra específicamente en la deficiente modernización política que ha presentado el espectro político en nuestro país. La creación de Chile Primero y la desafección de los parlamentarios “colorines” de la Democracia Cristiana es un hecho significativo dentro de nuestra joven democracia, lo que plantea , por un lado, una falta de renovación ideológica y por otro lado, en el decreciente surgimiento de nuevos líderes en la escena político – partidista.

Esta falta de renovación ideológica, que se viene arrastrando en la izquierda desde la caída de la Unión Soviética es debido a que la fuente de inspiración tanto marxista como socialdemócrata en el mundo esta agotada. El Comunismo perdió el rumbo luego de la caída de la Unión Soviética debido al rol “satelital” que poseían ideológicamente los partidos comunistas con respecto al Partido Comunista Soviético, el cual era el que delineaba ideológicamente las directrices de los partidos comunistas en el mundo. Esto se suma a la estrategia poco ortodoxa de la China Comunista para con el sistema económico (aceptación de la Economía de Mercado) lo que deja “solitaria” a la izquierda en sus fundamentos económicos y políticos. Eso se observa en el Partido Comunista en Chile que no posee nuevos lineamientos políticos para la nueva democracia, partido que sólo ha jugado un rol de apoyo hacia la Concertación en la dos últimas elecciones, debido sola y únicamente a su rechazo total a la derecha que aun presenta ciertos comportamientos de apoyo al sistema político heredado de la Dictadura de Pinochet y en el plano económico rechaza el sistema neoliberal sin plantear de forma clara y precisa un nuevo modelo a seguir. Por otro lado, la izquierda socialdemócrata, el Partido Socialista, el Partido por la Democracia y el Partido Radical, no han podido conjugar un lineamiento estratégico en conjunto para insertarse en la nueva concepción de Estado y Mercado que presenta el mundo Post-Guerra Fría, diferente a del Estado de Bienestar que era la base de la concepción socialdemócrata en el mundo y el único comportamiento que ha tenido es de apoyo al actual sistema, lo cual ha traído una merma de respaldo ciudadano tanto a nivel electoral como a nivel de las bases políticos de dichos partidos. Es decir la izquierda en sus dos ramas ha sido poco inteligente para insertarse y renovarse política e ideológicamente en el actual plano político.

La poca capacidad que ha tenido la Democracia Cristiana para levantar nuevos liderazgos se observa también en su poca capacidad de renovación ideológica. Desde que las ideas del Estado de Bienestar y el Humanismo Cristiano de a mitad del siglo XX no pudieron satisfacer los problemas sociales y políticos en el mundo, la Democracia Cristiana no ha tenido un planteamiento distinto al actual sistema. Su apoyo al actual sistema se observa claramente en el respaldo empresarial que posee el partido y la disminución sustancial de respaldo ciudadano a la hora de votar. Esto merma en la inclusión o entrada de nuevos líderes en el partido y provoca que sectores que se sienten poco escuchados o que no han podido llevar sus ideas al plano ideológico del partido se sientan frustradas y abandonen la tienda política, observando como los parlamentarios colorines que siguen al Senador Adolfo Zaldívar se alejen del partido. Esto de cierta manera también se observa en la derecha, en especial la Unión Demócrata Independiente (UDI), ya que los antiguos liderazgos proclives a la Dictadura no han dejado y no han querido que los nuevos personeros con ideas distintas y muchos más proclives a la democracia tengan el liderazgo en el partido. ¿Por qué estos personeros no han abandonado a la UDI, como si lo hicieron los colorines en la DC?, a mi juicio sólo porque no ha surgido un liderazgo fuerte y renovador en el partido que los aglutine a todos, aunque si bien el ex candidato presidencial Joaquín Lavin podría ser ese nuevo liderazgo en el partido.

Ahora porque digo que esto demuestra una falla en la modernización política de los partidos, porque los partidos políticos no han querido responder a las nuevas demandas sociales, las cuales quieren soluciones eficientes, rápidas y claras, soluciones que en el ámbito de lo político no se han querido realizar. Esto deja a los partidos políticos sin satisfacer necesidades, sin representar a nadie y sin nuevos liderazgos. La falta de modernización política llevaría a que ciertos partidos no se reciclen, no tengan feedback o retroalimentación con sus bases ni con la sociedad, lo cual llevaría a agotarlos en líderes y en ideas, pensamientos, directrices políticas. ¿Cuál es la razón? A mi juicio sólo una: comodidad política, porque los partidos políticos poseen influencias en los centros de poder tanto a nivel político como económico, lo que hace que el actual escenario sea favorable a ellos y no quieran cambiar la actual situación.

¿Qué podría pasar? Sí el actual escenario no cambia, nuestra democracia poco a poco se estaría deslegitimando frente a la sociedad, lo que podría llevarnos a una crisis de sistema político, problema que se ha arreglado en el pasado con Golpes de Estado o estallido de revoluciones. Lo otro que podría ser es que el actual escenario lleve a que se forme un clivaje o caldo e cultivo para la creación de nuevos partidos políticos que comiencen una tarea de legitimación del sistema democrático a través de reformas políticas, económicas y sociales. ¿De que va a depender que suceda lo primero o lo segundo?: del nivel de legitimidad que posea el actual sistema democrático frente a la sociedad, es decir, sí en las próximas elecciones que se hagan en nuestro país el nivel de abstención electoral siga aumentando, las probabilidades que el sistema se deslegitime o siga deslegitimando son alta y por ende, quizás de aquí a unos 30 años más tendremos un golpe de Estado o la emergencia de un Mesías político, populista, al modo de Chávez.

ZooN PoliticóN

Zoon Politicón se ha creado con la intención de contribuir de manera humilde, pero a la vez muy seria, al debate y dialgógo sobre temáticas "políticas y sociales" coyunturales, tanto a nivel nacional como internacional. Éste Blog ha sido Creado por un Grupo de Profesionales jóvenes de las Ciencias Sociales -entre ellos Cientistas Políticos, Económistas, Abogados, Etc.- que cuentan con muchas ganas de aportar su grano de arena en aquellas áreas sociales y humanas en las que parece nunca existir consenso producto de la subjetividad inherente en todo aquello que involucra relaciones interpersonales, y más aún cuando dichas relaciones se ven inmersas y contextualizadas en comunidades tan modernas, complejas, globalizadas e interdependientes como lo son las sociedades actuales.
Los tópicos a tratar aquí serán tan diversos como los mismos autores del blog, pero no por ello menos complementarios. Podremos encontrar publicaciones diarias y/o semanales, escuetas y largas, profundas y superficiales sobre economía, política nacional e internacional, religión, tópicos teóricos clásicos y modernos, entre muchos otros.
Con la intensión de ser de su agrado y preferencia (y si no, no importa), nos despedimos por ahora.
ZOON POLITICÓN..........